Artículos y Reflexiones

PANEL DE ALTO NIVEL DA RECOMENDACIONES PARA LA PRÓXIMA AGENDA MUNDIAL PARA EL DESARROLLO

“Nuestra visión y nuestra responsabilidad son la de finalizar con todas las formas de pobreza extrema, dentro del contexto del desarrollo sostenible y tener en su lugar las piezas necesarias para una prosperidad prolongada para todos…”[i]

El Panel se reunió bajo un sentimiento de optimismo y de respeto profundo para con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Los 13 años después del Milenio, han observado la reducción más rápida de la pobreza en la historia de la humanidad: mitad de un billón de personas menos están viviendo por debajo de la línea de pobreza internacional de $1.25 al día. Las tasas de mortalidad infantil se han reducido en más de 30%, con alrededor de tres millones de vidas de niños, rescatadas cada año, en comparación con el año 2000. Las muertes por malaria se han reducido por un cuarto. Este progreso sin precedentes se ha  impulsado por la combinación del crecimiento económico, las políticas mejoradas y el compromiso global hacia los ODM, los cuales se presentan como un grito colectivo de inspiración para todo el mundo.

Dado este éxito notable, sería una equivocación simplemente deshacer los ODM y empezar desde cero.  Como fue acordado por los líderes mundiales en Rio en 2012, las nuevas metas y objetivos necesitan estar basados en el respeto para con los derechos humanos universales y finalizar así el trabajo iniciado por los ODM. Central a esto, es erradicar la pobreza extrema de la faz de la tierra para el año 2030. Esto es algo que los líderes han prometido una y otra vez a través de la historia. Hoy día, realmente se puede hacer.

Por lo tanto, una nueva agenda para el desarrollo deberá llevar adelante el espíritu de la Declaración del Milenio y lo mejor de los ODM, con un enfoque práctico sobre temas como pobreza, hambre, agua, sanidad, educación y atención médica. Pero para cumplir nuestra misión de promover el desarrollo sostenible, debemos de ir más allá de los ODM, ya que estos no se enfocaron lo suficiente en alcanzar a los más pobres y a las personas más excluidas. Los ODM se callaron ante los efectos devastadores del conflicto y la violencia en el desarrollo. Tampoco fue incluida la importancia para el desarrollo de instituciones que garantizan un estado de derecho, la libertad de expresión y un gobierno transparente y responsable, ni la necesidad del crecimiento inclusivo que provee empleos. Mas seriamente, los ODM se quedaron cortos al no integrar los aspectos económicos, sociales y ambientales del desarrollo sostenible, a como fue concebido en la Declaración del Milenio. El resultado fue que nunca se habían juntado correctamente el medioambiente y el desarrollo. Las personas estaban trabajando fuerte-pero a menudo por separado-en problemas interrelacionados.

Por lo tanto, el panel hizo algunas preguntas sencillas: empezando con los ODM actuales, que se conserva, que se modifica  y que se añade. Al tratar de contestar estas preguntas, escuchamos las opiniones de mujeres, personas jóvenes, diputados, organizaciones de la sociedad civil, personas indígenas y comunidades locales, migrantes, expertos, negocios, sindicatos y gobiernos.  Lo más importante fue que escuchamos directamente las voces de cientos de miles de personas de todas partes del mundo, por medio de reuniones cara a cara, al igual que a través de encuestas, entrevistas comunitarias y votaciones por medio de teléfonos celulares y el internet.

Tomamos en cuenta los enormes cambios ocurridos en el mundo desde el año 2000 y los cambios que posiblemente van a desarrollarse para el año 2030. Hoy día, hay un billón más de personas, con una población mundial de siete billones y otro billón anticipado para el año 2030.  Más de la mitad de nosotros ahora vive en ciudades. Las inversiones privadas en países en vías de desarrollo, ahora empequeñecen los flujos de ayuda. El número de suscripciones para teléfonos celulares ha incrementado de menos de un billón a más de seis. Gracias al internet, se ha convertido en una rutina para muchos la búsqueda de negocios o de información al otro lado del mundo.  Sin embargo la desigualdad continúa y la oportunidad no está abierta para todos: las 1.2 billones de personas más pobres dan cuenta por solo el 1 por ciento del consumo mundial, mientras que los billones de ricos consumen el 72 por ciento.

Sobre todo, hay una tendencia-cambio climático-la cual determinará si podremos o no, cumplir con nuestras ambiciones. Ha incrementado, la evidencia científica de la amenaza directa del cambio climático. Las tensiones de la producción insostenible y de los patrones de consumo se han reflejado en áreas como la deforestación, la escasez de agua, el desperdicio de comida y las altas emisiones de carbono. Se han incrementado a un ritmo alarmante perdidas debido a eventos climáticos extremos-incluyendo sequias, inundaciones y tormentas. Las personas viviendo en pobreza son las primeras en sufrir gravemente del cambio climático. El costo de tomar acción ahora, será mucho menos, que el costo de lidiar con las consecuencias posteriormente.

Al pensar y al debatir de manera conjunta sobre estas tendencias y problemas, los panelistas han emprendido un viaje.

En nuestra primera reunión en Nueva York, el Secretario-General nos encargó la producción de una visión audaz-pero también práctica- para el desarrollo, más allá del año 2015.

En Londres discutimos sobre la pobreza en los hogares: la realidad diaria de la vida a los márgenes de la sobrevivencia. Consideramos las muchas dimensiones de la pobreza, incluyendo las demandas para más justicia, una mejor rendición de cuentas y el fin de la violencia en contra de las mujeres. También escuchamos historias inspiradoras sobre como individuos y comunidades han trazado su camino hacia la prosperidad.

En Monrovia hablamos sobre transformación económica y sobre los pasos esenciales para alcanzar un crecimiento que produzca inclusión social y que respete el medioambiente: como emplear el ingenio y el dinamismo de negocios para el desarrollo sostenible.  También observamos con nuestros propios ojos, el progreso extraordinario que se puede hacer, cuando un país que una vez fue asolado por conflicto, es capaz de construir paz y seguridad.

En Bali acordamos los elementos para una nueva asociación mundial, para una agenda centrada en las personas y sensible al planeta, basada en el principio de nuestra mutua humanidad. Acordamos de empujar a los países ricos a cumplir su parte del contrato-al honrar sus compromisos de ayuda, pero también al reformar su comercio,  sus políticas de impuesto y transparencia, también al prestar mejor atención a la regulación de sus mercados financieros mundiales y de mercancía, y por ir adelante en el camino hacia el desarrollo sostenible. Decidimos que los países en desarrollo han hecho mucho para financiar su propio desarrollo, y serán capaces de hacer más, a medida que aumenten los ingresos. También acordamos en la necesidad de administrar el consumo mundial y los patrones de producción de una manera más sostenible y equitativa. Sobre todo convenimos que una nueva visión deberá ser universal: ofreciendo esperanza-pero también responsabilidades-para todos en el mundo.

Estas reuniones y consultas nos dejaron animados, inspirados y convencidos de la necesidad de un nuevo paradigma. Desde nuestra perspectiva, los negocios-como es usual-no son una opción. Concluimos que la agenda post-2015, es una agenda universal y necesita impulsar cinco grandes cambios, porque esa es la acción correcta, inteligente y necesaria a hacer:

1.            No dejar a nadie atrás. Debemos mantener la fe en la promesa original de los ODM y ahora finalizar el trabajo. Después de 2015, debemos de pasar de reducir a terminar con la pobreza extrema, en todas sus formas. Debemos de asegurarnos que ninguna persona-independientemente de etnicidad, género, geografía, discapacidad, raza u otro estatus-se le nieguen derechos humanos universales y oportunidades económicas básicas. Debemos diseñar metas que se enfoquen en alcanzar a grupos excluidos, por ejemplo en asegurarnos que monitoreamos el progreso en todos los niveles de ingreso y al proveer protección social para ayudar a las personas a construir resistencia frente a las incertidumbres de la vida.  Nosotros podemos ser la primera generación en la historia de la humanidad que termina con el hambre y que asegura que cada ciudadano alcance un estándar básico de bienestar. No puede haber excusas. Esta es una agenda universal, para la cual cada uno debe de aceptar su propia parte de responsabilidad.

2.            Colocar el desarrollo sostenible en el centro. Por veinte años, la comunidad internacional ha aspirado a integrar las dimensiones sociales, económicas y medioambientales de la sostenibilidad, pero ningún país ha podido lograr esto. Debemos de actuar ahora, para parar con el paso alarmante del cambio climático y con la degradación del medioambiente, que plantean amenazas nunca antes vistas para la humanidad. Debemos de lograr más inclusión social. Este es un desafío universal para cada país y para cada persona en el mundo. Esto requerirá cambios estructurales, con nuevas soluciones y ofrecerá nuevas oportunidades. Los países desarrollados tienen un rol especial a desempeñar, fomentando nuevas tecnologías y haciendo el progreso más rápido para reducir el consumo insostenible. Muchas de las empresas más grandes del mundo, dentro del contexto del desarrollo sostenible y de la erradicación de la pobreza, están ya  dirigiendo esta transformación hacia una economía verde. Solamente movilizando acciones sociales, económicas y medioambientales conjuntas podremos erradicar la pobreza de manera irreversible y cumplir con las aspiraciones de ocho billones de personas en 2030.

3.            Transformar las economías para empleos y crecimiento inclusivo. Hacemos un llamado significativo hacia adelante, en oportunidades económicas y hacia una transformación económica profunda para finalizar con la pobreza extrema y mejorar los medios de subsistencia. Esto significa un cambio rápido hacia patrones sostenibles de consumo y producción – empleando la innovación, las tecnologías y el potencial de negocios privados de crear más valor e impulsar el crecimiento sostenible e inclusivo.  Las economías diversificadas con igualdad de oportunidades para todos, pueden desatar el dinamismo que crea empleos y medios de subsistencia, especialmente para personas jóvenes y mujeres. Este es un desafío para cada país en el mundo: asegurar buenas posibilidades de empleo, mientras se avanza hacia patrones sostenibles de trabajo y vida, que serán necesarios para un mundo de limitados recursos naturales. Debemos de asegurar que todos tenemos lo que necesitamos para crecer y prosperar, incluyendo acceso a educación de calidad y habilidades, asistencia médica, agua limpia, electricidad y transporte. Debemos de facilitar que las personas inviertan, emprendan un negocio e intercambien, y podemos hacer más al tomar ventaja de la rápida urbanización: las ciudades son los motores del mundo para los negocios y la innovación. Con una buena administración, pueden proveer empleos, esperanza y crecimiento, mientras se construye sostenibilidad.

4.            Construir paz e instituciones eficaces, abiertas y responsables para todos. La protección ante el miedo, el conflicto y la violencia, es el derecho humano más fundamental y la base esencial para la construcción de sociedades pacíficas y prósperas. Al mismo tiempo, las personas de todo el mundo esperan que sus gobiernos sean honestos,  responsables y receptivos a sus necesidades. Por eso hacemos un llamado para un cambio fundamental-para reconocer la paz y el buen gobierno como un elemento esencial para el bienestar, y no una opción extra. Esta es una agenda universal, tanto para países desarrollados como para países en desarrollo. Instituciones receptivas y legítimas deben fomentar el estado de derecho, los derechos de propiedad, la libertad de expresión y los medios, las opciones políticas abiertas, el acceso a la justicia y el gobierno responsable. Necesitamos una revolución de la transparencia, para que los ciudadanos puedan ver exactamente dónde y cómo son gastados los impuestos, la ayuda y los ingresos de las industrias extractivas. Estos son fines, al igual que medios.

5.            Forjar una nueva alianza mundial. Un nuevo espíritu de solidaridad, cooperación y responsabilidad mutua debe respaldar la agenda post-2015. Una nueva alianza deberá estar basada en una comprensión mutua de nuestra humanidad compartida, apoyando así el respeto mutuo y el beneficio mutuo, en un mundo en contracción. Esta alianza deberá incluir más actores—personas viviendo en pobreza, aquellos con discapacidades, mujeres, sociedad civil, comunidades indígenas y locales, grupos tradicionalmente marginados, instituciones multilaterales, gobiernos locales y nacionales, comunidad empresarial, academia y filantropía privada. Cada área prioritaria identificada en la agenda post-2015, deberá ser apoyada por alianzas dinámicas entre todos estos actores. Además es el momento para que la comunidad internacional empiece a utilizar nuevas maneras de trabajar, de ir más allá de una agenda para la ayuda y poner su propia casa en orden: de implementar una rápida reducción de la corrupción, los flujos financieros ilícitos, el lavado de dinero, la evasión de impuestos y la oculta posesión de bienes. Debemos defender el comercio libre y justo, la transferencia de tecnología y la estabilidad financiera. Dado que esta alianza está construida sobre principios de humanidad común y respeto mutuo, también deberá tener un nuevo espíritu y ser completamente transparente. Todos los involucrados deberán ser completamente responsables. Deberá haber un fuerte e independiente mecanismo de monitoreo que reportará sobre el progreso- y las faltas.

De la visión a la acción. Consideramos que estos cambios son fundamentales, pero su impacto dependerá en cómo serán traducidos en acciones y prioridades específicas.  Nos percatamos que la visión estaría incompleta, a menos que ofreciésemos un set de metas y propósitos ilustrativos, para mostrar cómo estos cambios transformativos pudiesen ser expresados en términos precisos y medibles. Este marco ilustrativo esta presentado en el Anexo I, con una explicación más detallada en el Anexo II. Esperamos que estos ejemplos ayuden a enfocar la atención y estimulen el debate.

Estas metas sugeridas son para ser anheladas por la humanidad. Estas no serían legalmente obligatorias, pero pueden ser monitoreadas de cerca. Los indicadores que las monitorean pueden ser disgregados para asegurar que ninguno se quede atrás. Recomendamos que cualquier objetivo nuevo sea acompañado por un sistema de monitoreo independiente y riguroso, con oportunidades regulares para discutir resultados a un alto nivel político. También hacemos un llamado a una revolución de datos para el desarrollo sostenible, con una nueva iniciativa internacional para mejorar la calidad de las estadísticas y de la información disponible para ciudadanos. Debemos activamente tomar ventaja de las nuevas tecnologías, de la colaboración abierta distribuida, y de la conectividad mejorada para empoderar a las personas con información sobre el progreso hacia los objetivos.

En conjunto, el panel considera que estos cinco cambios fundamentales pueden eliminar las barreras que detienen a las personas, y terminar con las desigualdades de oportunidades que frustran las vidas de tantas personas en nuestro planeta. Estas pueden finalmente reunir temas de pobreza, económicos, y medioambientales de manera coherente, efectiva y sostenible. Sobre todo, esperamos que estas podrán inspirar a una nueva generación en creer que un nuevo mundo está a su alcance y así actuar consecuentemente.

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