Lecturas Diarias

Sábado 15 de junio

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Pedro le dijo: -Eneas, Jesucristo te sana. Levántate y arregla tu cama. Eneas se levantó al momento. Hechos 9,33

En muchos pasajes de los evangelios, que son testimonios de la vida y obra de Jesús, encontramos relatos de hechos extraordinarios realizados por él. En nuestra fe cristiana reconocemos que DIOS todo lo puede, y que como iglesia estamos convocados para un compromiso serio por la vida.

Al leer el pasaje no podemos soslayar la gran especulación proselitista que muchas iglesias hacen al convertirse en iglesias milagreras para obtener un rédito que no forma parte del compromiso de Jesucristo con la vida.

Tengamos cuidado de medirnos así y calificar o descalificar a nuestras propias iglesias.

Pero ¿no existen más milagros? ¿Por supuesto que sí! Nos corresponde vivir una etapa de milagros testimoniales como cuerpo de iglesia en medio de nuestra sociedad y de cada uno en particular. Es más: no hay iglesia si no vivimos nuestra fe de esta manera. El milagro es compartir cada día la buena nueva de Jesucristo, su evangelio y la vida saludable.
Como Pedro somos llamados a estar presentes con todo lo que tenemos y nos fuera dado por Dios, dónde, cuándo y en la circunstancia que se nos requiera. No son importantes los micrófonos, amplificadores, y espectáculos de fe. No ignoremos dónde debemos estar, en lugar de calentar bancos donde Dios no nos ubica. Si como Jesús, como Pedro, en nuestros días nos sumergimos responsablemente revestidos con la verdad de Dios en la realidad de la humanidad, muchos resucitarán a la vida digna, saludable, buena y justa que el Creador ofrece.
R. Ernesto Weiss

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